domingo, 30 de septiembre de 2012


El Sol y los Planetas
 

            Había una vez, un lugar muy, pero muy grande, llamado Universo, allí vivían los planetitas, ellos eran 9 y siempre estaban peleando, a ellos les gustaba vivir cerca del Sol, porque el sol era grande, y siempre les daba luz y calor, todos querían estar cerca de él y pasaban  chocándose. Un día en que se estaban peleando como era de costumbre: Yo quiero estar al lado de él, porque soy el más grande decía Júpiter, no yo, porque soy el más pequeñito y necesito calor, decía Plutón, ¡No!, yo voy a estar cerca de él decía Marte, ¡No! Yo decía Saturno y así todos peleaban….pero de pronto apareció un señor alto, delgado y con una túnica blanca que le llegaba al suelo, levantó sus manos y con una voz muy suave y cariñosa, dijo, no peleen señores planetas, creo que peleando no se solucionan las cosas, deben conversar y sólo así podrán llegar a un acuerdo, el universo es muy grande y hay espacio para todos.
 Los planetas al instante se quedaron callados, lo miraron asombrados y preguntaron ¿Y quién eres tú?...eso no importa respondió el hombre, lo importante es que ustedes aprendan que no deben pelear, además por siempre van a estar juntos. Los planetas, satélites y estrellas le encontraron razón a este hombre, y decidieron sentarse a conversar, y a tomar acuerdos. ¿Cómo podemos solucionar este problema?...¡Pensaron y pensaron!, hasta que por fin alguien dijo: Ya lo sé preguntémosle al Sol, que él nos ordene, y así lo hicieron. ¡No!, dijo el sol, yo sólo soy una estrella muy grande, además a todos los quiero mucho, y no me gustaría que sintieran que a unos los quiero más que a otros, pero ¿Por qué no hacen un sorteo, dijo el Sol?. Buena idea dijeron todos, y así lo hicieron, y además para que no se choquen, podrían poner unos cordeles para tomarse de él y nunca soltarse y los llamaremos “Órbitas” ¿Qué les parece?, si, si buena idea dijeron los planetas.
 Comenzó el sorteo, el primer planeta va a ser Mercurio, luego salió Venus, en tercer lugar salió la Tierra, ¡Ha!, dijo el satélite la luna, pero yo quiero ir con mi amiga Tierra y nunca separarme de ella; Luego salió Marte, que es muy vergonzoso y se puso rojo, y nunca más se le quitó, es por eso que es conocido como el planeta rojo. Luego Salió Júpiter, es el más gordo y más grande, siempre está comiendo y es muy simpático, es por ello que tiene muchos amigos satélites, 16 que nunca se separan de él. Luego salió Saturno, este también es grande pero no tanto, pero es muy coqueto y le gusta mucho ponerse anillos, para verse más hermoso. Casi al final del Sistema Solar quedó Urano, él quiere parecerse a su vecino Saturno y también se compró anillos, pero no le gusta jugar con Saturno, y prefiere jugar con sus amigos satélites que también lo acompañan siempre; Neptuno que siempre tiene mucho frío, porque está lejos del sol, tiene dos amigos satélites y sólo cuatro anillos, pero a él no le importa porque le encanta jugar con Tritón y Neréo, que son sus satélites amigos. Y finalmente quedó el más pequeñito, sólo al final del Sistema Solar, Plutón.
 Todos quedaron contentos con su ubicación y se pusieron a jugar a la ronda alrededor del Sol y de puro contentos comenzaron a girar, pero dijo el Sol, no se pueden soltar de su cordel, de su órbita, porque sino pueden chocar. Pero el más pequeño no cumplió, siempre se soltaba de su órbita y por ser tan pequeñito y el juego tan peligroso, lo sacaron y le dijeron que mejor se fuera a jugar con los más pequeños, porque le podía ocurrir un accidente, Plutón sintió mucha pena, pero lo entendió, mejor dijo me voy a jugar con los planetitas más pequeñitos, los de mi porte, porque puedo chocar, este es un juego muy peligroso. En eso estaban, cuando se acordaron de aquél hombre alto, delgado y de túnica blanca, miraron y miraron y no lo vieron por ninguna parte, nunca supieron quién había sido ese hombre tan bondadoso, pero de pronto desde el fondo del universo escucharon su voz, que les decía, _ Bien amiguitos, ahora que han solucionado su problema, dediquense a jugar, que eso sí lo hacen muy bien, y ahora los 8 planetas, juegan a la ronda alrededor del Sol muy felices contentos y además les gusta mucho darse vueltas y vueltas para jugar a marearse, y nunca más pelearon y desde entonces solucionan todos sus problemas conversando.
                                                                            FIN
                                                                            Autora
                                                                             Jacqueline Fierro Acosta
Compromiso
Con ayuda de tus papitos lee el cuento y comenta con tus papitos.
 
                                                                        

 

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